domingo, 6 de mayo de 2012

APRENDIZAJE A TRAVÉS DEL CINE

El cine puede ser un recurso didáctico valioso en la tarea educativa de nutrir el intelecto y formar actitudes positivas que ayuden al desarrollo personal y humano (Choza y Montes, 2001). Al utilizar  películas para desarrollar una educación en valores, se puede ver una doble vertiente: por un lado podremos ahondar en los referentes culturales que inciden en los conceptos de valores que se suscriben y por otro lado servirán para mostrar situaciones, vivencias y opiniones relativas a dichos valores de una forma amena y atractiva para el alumnado. Así el cine asume ese papel formativo, desde su potencialidad en la transmisión de ideas y en nuestro caso de valores formativos.  Su importancia desde esta perspectiva es transcendental  ya que esos valores van a condicionar la forma de pensar y actuar del público y tiene una gran capacidad de influencia, tanto en individuos como en colectivos, porque la imagen llega al espectador de manera increíblemente penetrante (De La Plaza y Redondo. 1993). De esta manera una película, sea o no una obra maestra, posee un enorme potencial educativo que puede ser una gran ayuda a la labor docente por las posibilidades comunicativas que tiene para los jóvenes de hoy. El cine nos enseña a aprender no sólo de nuestras propias experiencias compartidas con los personajes de la pantalla, sino de otras muchas experiencias que posiblemente  nunca  tendremos el tiempo, ni en muchos casos el deseo, de experimentar. Y se convierte así en una herramienta válida que nos ayuda en nuestra formación personal y nos enseña a vivir (Choza y Montes,  2001).

Educar en valores tan abstractos como el amor, la solidaridad, la paz, la justicia, la igualdad, la tolerancia y,  otros muchos,  puede llegar a resultar una ardua y poco fructífera labor si son explicados tan solo mediante el lenguaje verbal. La educación, tan necesitada de instrumentos eficaces, con mucha frecuencia da la espalda a los medios audiovisuales a pesar de la gran importancia que han adquirido. La posibilidad comunicativa, expresiva e informativa de dichos medios hace que su lenguaje sea tan importante como pueda ser el lenguaje directo (verbal, oral u escrito) tradicionalmente usado en las aulas. Mediante el cine, transmitir ideas es mucho más ágil. Introducir el cine en la educación puede suponer un recurso más en manos de un profesorado que en ocasiones se encuentra falto de metodologías efectivas, atractivas y sugerentes para la motivación de su alumnado.
Teniendo en cuenta que nos situamos en Educación Primaria podemos trabajar con y desde el cine prácticamente todas las áreas del currículum, especialmente las de Conocimiento del Medio Natural, Social y Cultural, Educación Artística, Lengua Castellana y Literatura, Lenguas Extranjeras… Para cada una de ellas, este medio constituye un referente de contenidos difícilmente igualable, ya que contamos con una base documental de imágenes en movimiento relacionadas con innumerables ámbitos del saber. En este sentido, el cine aporta contenidos como: la historia y las costumbres, la ciencia y la tecnología, las artes y el pensamiento, las tradiciones y los cuentos, los valores y relaciones humanas, el entorno natural, las formas de expresión…
El cine, y en concreto la película que trabajaremos, nos facilitan el desarrollo de una serie de capacidades y habilidades fundamentales en el planteamiento curricular de Educación Primaria tal como se deduce de los objetivos que  exponemos, que se resumen en la finalidad de esta etapa educativa que no es otra que “proporcionar a todos los niños una educación común que haga posible la adquisición de los elementos básicos culturales, los aprendizajes relativos a la expresión oral, a la lectura, a la escritura y al cálculo aritmético, así como una progresiva autonomía de acción en su medio”.

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